En una comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, el jefe de la diplomacia española lamentó que España "no ha estado a la altura" en lo referente a la crisis política en Nicaragua.
En ese sentido, destacó que Madrid "no fue capaz" de nombrar a un mediador o a un enviado especial, aunque sí mantuvo un diálogo fluido con distintos presidentes de la región.
En cuanto a Venezuela, Borrell insistió en la línea marcada anteriormente por Pedro Sánchez y abogó por conjugar las sanciones con gestos que permitan facilitar un diálogo que ayude a la búsqueda de soluciones políticas.
"Ser muy duro con una de las partes te inhabilita para contribuir a una solución que deberíamos facilitar", apuntó, antes de subrayar que esa postura coincide con la de la alta representante de la UE en política exterior, Federica Mogherini.
En lo referente al viaje a Cuba, Borrel destacó que la visita de Sánchez es "un punto importante para la historia" porque hace 32 años que ningún presidente del Gobierno español viaja a la isla.
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