Esta nueva situación se ha conocido justamente después de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, elogiara al príncipe heredero saudí, Mohamed Bin Salman, y subrayara que es importante mantener la estabilidad de Arabia Saudí, a pesar de que el periodista Jamal Khashoggi fue asesinado en el Consulado saudí en Estambul.
Aunque los israelíes no pueden viajar a Arabia Saudí, en 1978, el rey de Jordania decidió que los palestinos de Israel (los que no fueron expulsados ni huyeron tras la creación del Estado israelí en 1948) podrían entrar en Jordania y recibir un pasaporte jordano temporal para poder viajar a Arabia Saudí y llevar a cabo el "hajj", la peregrinación que los musulmanes deben realizar al menos una vez en la vida si su condición física y financiera se lo permite.
La peregrinación, uno de los cinco pilares del islam, la organizan comités locales en los países de origen de los peregrinos.
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Los miembros del comité israelí del hajj y la umrah —peregrinación menor que se puede hacer en cualquier momento y no es obligatoria— se enteraron recientemente de que a sus líderes se les prohibiría entrar en Arabia Saudí con los pasaportes jordanos temporales.
La decisión saudí también afecta a decenas de miles de palestinos de Jerusalén Este (no tienen nacionalidad israelí sino que son residentes permanentes), Cisjordania y la Franja de Gaza que tienen pasaportes jordanos temporales, aunque pueden resolver el problema obteniendo pasaportes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).