El diario Kronen Zeitung informó que el excoronel austriaco es sospechoso de haber espiado a favor de Rusia durante 20 años; según sus datos, el coronel debía recopilar la información sobre la Fuerza Aérea de Austria, los sistemas de artillería, la crisis migratoria, así como datos sobre muchos militares austriacos de alto rango.
También dijo que cree que al surgimiento de este escándalo contribuyeron algunos de "nuestros buenos amigos de terceros países", además recordó que según el propio Kronen Zeitung, un servicio de Inteligencia extranjero ayudó a desenmascarar al "topo".
"Si dirigimos las miradas mucho más al oeste de Austria, descubriremos la fuente", señaló.
A juicio de Lukiánov, lo sucedido no tendrá efectos fatales, pero los dirigentes de Austria deberán al menos tomar una pausa y expresar su actitud oficial.
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"Viena no dejará de aplicar su política de flexibilidad", afirmó y al mismo tiempo supuso que "podría expulsar a alguien".