"La situación fiscal y financiera de Nicaragua se ha debilitado más en medio de problemas económicos vigentes, limitadas opciones de financiamiento y un declive de las reservas en moneda extranjera. La perspectiva es negativa debido a una en tres posibilidades de un recorte [de la nota] en los próximos 12 meses", dijo la calificadora.
Según la agencia, en 2018 y 2019 la posición fiscal del país se debilitará ante grandes déficits en 2018 y 2019 por la contracción económica esperada y una caída en los ingresos tributarios y debido a las dificultades domésticas; el Gobierno no tendrá mucho margen para actuar y revertir la tendencia.
Debido al conflicto político, el sistema bancario local ha visto un creciente retiro de fondos, y para septiembre los usuarios habían retirado más del 20% de los depósitos, dijo S&P, aunque explicó que los bancos seguían teniendo liquidez.
La agencia añadió que la calificación puede volver a bajar si el Gobierno de Daniel Ortega no puede frenar la pérdida de liquidez del dólar en la economía, algo que llevaría a una disminución de las reservas internacionales mayor a sus proyecciones.
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La crisis política "ha impuesto un pesado costo en la economía. Eso, en nuestra opinión, crea una mayor incertidumbre sobre las políticas y la capacidad de las autoridades de implementarlas con eficacia. La pérdida de confianza del sector empresarial complica aún más las decisiones políticas y perjudica las perspectivas de crecimiento económico", dijo S&P.
La calificadora espera una contracción del producto interno bruto de 4% para este año, en la que el consumo será el mayor factor que contribuya a la caída por un aumento del desempleo y un limitado crédito al consumidor.
La economía volverá a caer un 2,5% en 2019, dijo S&P, que agregó que la potencial aprobación de nuevas sanciones por parte del Congreso de EEUU creará más incertidumbre entre los inversores extranjeros y puede comprometer los compromisos financieros de organismos multilaterales.
