"Llegamos al año en donde mi amor, mi mundo, Hernán, está desaparecido", expresó a esta agencia Marcela Moyano, esposa del suboficial mayor Hernán Rodríguez, jefe de máquinas del navío.
A 365 días de la desaparición del San Juan, "sigo con la misma incertidumbre, con el mismo dolor o quizás mayor al que tenía el 16 de noviembre, cuando me avisaron de que habían perdido comunicación con el submarino", agregó.
La mujer se reconoció "muy triste" ante la ausencia de su pareja, a la que conoció hace seis años a través de las redes sociales.
"Necesito a Hernán, quiero tenerlo y no lo tengo, pero sé también que él y Dios me están dando fuerzas para luchar día a día y para poder encontrarlo y llegar a saber lo que le pasó", dijo.
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Moyano asistirá al homenaje que se realizará a las 20.30 GMT en la Base Naval de Mar del Plata (este), adonde se dirigía el submarino cuando se perdió el contacto.
La profesora, oriunda de la provincia de Mendoza (centro-oeste), regresa al comando naval de esta ciudad en donde el buque tenía su atracadero habitual y en donde ella pasó incontables días y noches a la espera de cualquier noticia sobre el submarino.
"Llegamos al aniversario, pero yo no quiero que esto sea un cierre, quiero que sea un día de búsqueda, de lucha, por eso exijo que lo sigan buscando y no los dejen abandonados en el mar, que se pongan la mano en el corazón, que se pongan un poco en nuestros zapatos y sientan el dolor que tenemos los familiares", expresó.
Su pedido va dirigido al Estado argentino, al presidente Mauricio Macri, que acudirá este jueves al acto de Mar del Plata, y al ministro de Defensa, Oscar Aguad.
"Que no paren con la búsqueda, que ése es el objetivo, más allá de cumplirse el año", insistió Moyano.
Rabia y desazón
Con rabia encara esta jornada Isabel Polo, hermana del cabo primero de la Armada Daniel Alejandro Polo.
"Sea como sea a este Gobierno a este ministro y a este presidente se les perdió el submarino, así que son indirectamente responsables", señaló a esta agencia.
"Hoy los busca la empresa con la mayor tecnología del mundo, pero esto se podría haber hecho en marzo, no en noviembre, así quizás habríamos empezado el aniversario de la última fecha de comunicación con respuestas certezas o indicios de que pasó tal cosa", señaló.
La empresa estadounidense Ocean Infinity a la que se refirió la mujer cumple este jueves los 60 días de búsqueda operativa a la que se comprometió en el contrato que firmó con el Gobierno de Macri el pasado mes de agosto.
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Sus labores de localización concluirán una vez termine de revisar una zona al norte del Océano Atlántico en donde un suboficial de la Armada detectó golpes de casco seis días después de la última comunicación del San Juan.
Mientras tanto, la jueza federal de la localidad Caleta Olivia en la provincia de Santa Cruz (sur), Marta Yañez, investiga la desaparición del submarino desde hace casi un año.
"Para mí la jueza se durmió en los laureles, porque en enero se fue de vacaciones cuando tenía 44 soldados de su patria perdidos en el mar, que no es pequeño", criticó Polo.
A estas alturas de la pesquisa, la causa ya tendría que tener imputados, añadió la hermana del cabo primero.
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En el expediente judicial hay pruebas de que mintieron el entonces comandante de la Fuerza de Submarinos, Claudio Villamide, y al ex comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada, Enrique López Mazzeo, también desplazado, cuando declararon ante una comisión bicameral del Congreso que investiga lo sucedido.
Para ellos "el submarino estaba en perfectas condiciones para salir a navegar, cosa que no es real, porque de haber sido así, tendríamos a los muchachos de acá", sostuvo.
"Me gustaría que esto fuera algo que no se vuelva a repetir porque tenemos unas Fuerzas totalmente devastadas, abandonadas, pero así como se perdieron Alejandro y los 43 compañeros, hay estudiantes que se anotaron para ser submarinistas, y estaría mal que a ellos se les trunque las posibilidades que tienen dentro de la marina", finalizó la hermana del submarinista
Dos horas después, a las 10:51 hora local (13.51 GMT) se registró una explosión a 48,28 kilómetros de la última posición del buque, en coincidencia con el trayecto que cursaba hacia Mar del Plata.
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