"¿Voy a concluir este trabajo?", se cuestionó ante la evidencia de múltiples renuncias ministeriales y retos a su liderazgo que se han producido desde la publicación del borrador del acuerdo de Salida de la Unión Europea.
"Yo voy a hacer mi trabajo; los diputados harán el suyo y deberán rendir cuentas de sus decisiones antes sus electores", dijo desafiante.
May reconoció la "dificultad" de las negociaciones y resaltó que "liderazgo consiste en tomar las decisiones correctas, no las más sencillas".
"Este es un Brexit que recoge las prioridades y la voluntad de la gente", defendió.
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Solo un puñado de los 650 diputados respaldó la hoja de ruta de la marcha de la UE acordada entre los negociadores de ambos lados.
Legisladores de todos los partidos, tanto europeístas como 'brexiteros' radicales, cuestionaron el liderazgo de May, reprocharon su gestión y resultado de las negociaciones y pronosticaron el fracaso del acuerdo en la Cámara.
May se negó contemplar la derrota de su propuesta de divorcio o una ruta alternativa que le permita construir una coalición favorable en Westminster.