Hay muchas formas de verlo y de expresarlo, pero al final, el resultado es uno sólo: por donde pasa EEUU, arrasa. Al mejor estilo de Atila el huno, por donde pasa, la hierba no vuelve a crecer, más allá de que los principales escenario de estas muertes hayan sido desiertos en Medio Oriente. Pero lo peor es que la mayoría de los decesos fueron civiles: más del 50% de los casos.
El presidente del Observatorio Hispano-Ruso de Eurasia, Fernando Moragón, explica que incluso tal vez las cifras de muertes que se traslucen en esta investigación sea menor que la real, "porque generalmente los investigadores, con buenas razones, intentan apartarse lo máximo de lo que es más o menos comprobable".
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"Lo que estamos observando, y que es muy grave, es que EEUU desde 2001 entra en la famosa guerra contra el terror en un estado de guerra permanente. Esto supone que 'tienes que ir haciendo guerras', y que además el complejo industrial militar va creciendo", incide el analista.
Moragón alude a que "el Congreso de EEUU acaba de publicar un informe sobre la perspectiva de posibles guerras y conflictos, y claramente señalan como un posible, una guerra en apoyo de la independencia de Taiwan, que es una de las líneas rojas clarísimas que tiene China. Entonces, con ese tipo de informes, que ya están avisando de las posibles guerras que nos pueden venir por parte de los norteamericanos, obviamente esta cifra [de muertes en conflictos en los que participa EEUU] se va a elevar muchísimo".
Así, parece que EEUU está empeñado en romper todos los récords, todas las cotas de muerte y desplazados, allí donde sus armas se empuñan, por eso sus espadas no sólo siguen en alto, sino que sus 'sablazos' continúan a día de hoy, y en las muertes que sigue causando no dejan de faltar los civiles.
Y es que por las mismas horas en que se desvelaba esta investigación, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, denunciaba que EEUU había reanudado sus intensos ataques aéreos al este del río Éufrates, que incluían bombas de fósforo. Mientras, días antes, medios estatales sirios habían informado de más de 60 civiles muertos y heridos a causa de ataques aéreos de la coalición internacional liderada por EEUU contra la aldea de Al Shaafa, provincia de Deir Ezzor.
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En este contexto, en días previos, el director de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para Oriente Medio y Norte de África, Amin Awad, denunciaba que el campamento de refugiados sirios de Rukban —ubicado en la frontera sirio-jordana, al sureste de la provincia de Homs, dentro del área de 'responsabilidad' de la base estadounidense de Al Tanf— hay terroristas y delincuentes que se esconden detrás de personas pacíficas a las que utilizan como escudos humanos.
En este sentido, Moragón entiende que el pensamiento del presidente de EEUU, Donald Trump, es que la guerra en Siria ya está amortizada y acabada, y donde el país norteamericano tiene poco que hacer, por lo cual está por llevarse los conflictos bélicos a otro sitio.
"Sin embargo, buena parte del establishment norteamericano todavía quiere seguir desestabilizando a Siria hasta el último momento, hasta que no puedan más. […] Yo creo que al final esto son pataleos dolorosos de alguien que ha perdido y que no termina de darse cuenta de que lo que está haciendo, aparte de estas cuestiones inhumanas de matanza de gente, es evitar de alguna manera que se reconozca lo que es una victoria clara del Ejército sirio con el apoyo de Rusia" en el conflicto, concluye Fernando Moragón.