El fallecido tenía 27 años, y se llamaba John Allen Chau. Según varios medios locales, se caracterizaba por ser un apasionado del turismo de aventura, y tenía bastante interés en conocer a los habitantes de la isla Sentinel del Norte, célebres por su aversión a los forasteros y al contacto con el mundo exterior.
Sin embargo, Chau pagó a unos pescadores para que lo alcanzaran a la isla, y su plan era llegar en un kayak. Según la prensa local no era la primera vez que iba al archipiélago de las Andaman, y algunos grupos cristianos lo identifican como un misionero predicador.
Survival International, una ONG que entre otras líneas de trabajo defiende los derechos de los grupos aborígenes aislados, considera que esta situación se debió a la presunta cancelación de restricciones de acceso a la isla para turistas, algo que el Gobierno niega.
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"No es imposible que los habitantes de Sentinel hayan sido infectados con patógenos mortales, para los que no tienen inmunidad, con el potencial de eliminar a toda la tribu. Han demostrado una y otra vez que quieren ser dejados solos, y sus deseos deben ser respetados", aseguró en una nota de prensa Stephen Corry, director de Survival International.
Hay antropólogos que han logrado mantener un contacto con la tribu de la isla a partir de la década de 1960, pero han preferido no mantenerlos en respeto a los habitantes. Los profesionales recomiendan dejarlos solos, sin abandonar la vigilancia para evitar que entren forasteros.