"En Brasil se está gestando lo que yo ya llamo neoliberalismo regresivo, derivado de la crisis económica; es una ola diferente a la de los año 90, llega a ser oscurantista en determinados momentos, contra las artes, contra la escuela laica, los derechos civiles", expresó Haddad en una entrevista que el diario Folha de Sao Paulo publica este 26 de noviembre.
Haddad también subrayó las diferencias entre Bolsonaro y el presidente de EEUU, Donald Trump, con quien muchas veces es comparado.
"La extrema derecha en los EEUU no tiene nada que ver con la brasileña; Trump es tan regresivo como Bolsonaro, pero desde el punto de vista económico no es neoliberal; el llamado "Trump de los trópicos" es neoliberal", afirmó.
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Respecto a la situación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), preso por corrupción y blanqueo de dinero desde abril, Haddad asumió que su situación tras las elecciones es "más difícil", pero que su capacidad de regeneración es grande, recordando que superó un cáncer, la muerte de su esposa y la privación de libertad.
Sobre la tarea que la izquierda tiene que llevar a cabo en la oposición, pidió unión de todos los partidos, pero rechazó las críticas de quienes acusan al PT de querer mantener la hegemonía del campo progresista a toda costa.
Haddad asumió, en cualquier caso, que hay un "desgaste" del PT y que el partido perdió mucho apoyo en sus bases tradicionales (pobres, regiones de la periferia, etc), y lo atribuyó en parte al "fenómeno evangélico".
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Las iglesias neopentecostales, muy arraigadas entre las clases más pobres y cada vez más poderosas, tienen un discurso mayoritariamente conservador que está dificultando la conexión de esos electores con los partidos de izquierda, consideró Haddad, que apunta que ese es uno de los principales retos de la izquierda.
"Igual que al final de la dictadura fue posible abrir un canal de diálogo con la Iglesia Católica, la izquierda tiene ahora el desafío de abrir un canal con la iglesia evangélica, respetando sus creencias", estimó.
Haddad sustituyó al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) en la carrera electoral, después de que la Justicia vetara su candidatura.
Como representante de la izquierda en la segunda vuelta, el exministro de Educación y exalcalde de Sao Paulo consiguió el 45% de los votos, frente al 55% de Bolsonaro.
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