"La OTAN monitorea atentamente la situación en el mar de Azov y el estrecho de Kerch y se mantiene en contacto con las autoridades ucranianas. Hacemos un llamado a la moderación y la desescalada", consta en su declaración.
"Llamamos a Rusia a que garantice el libre acceso a los puertos ucranianos en el mar de Azov, de conformidad con las leyes internacionales".
Lungescu recordó que los líderes de la OTAN, durante la cumbre que se celebró en julio pasado en Bruselas, "dejaron claro que la continua militarización de Crimea, el mar Negro y el mar de Azov por parte de Rusia representa una amenaza para la independencia de Ucrania y mina la estabilidad regional".
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Rusia apresó dos lanchas artilladas y un remolcador de la Marina de Guerra ucraniana que navegaban de Odesa, en el mar Negro, a Mariúpol, en el mar de Azov, alegando incursión ilegal en sus aguas territoriales cerca de Crimea.
El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, se pronunció por declarar la ley marcial en Ucrania. La iniciativa, prevista para un plazo de 60 días, fue avalada por el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa y está pendiente de la ratificación en el Parlamento.
Por su parte, Rusia convocó para este 26 de noviembre una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por la situación en el mar de Azov.
La libre navegación en el mar de Azov —mar interior entre Rusia y Ucrania, según un acuerdo bilateral— se complicó en los últimos meses después de que guardacostas ucranianos apresaran varios barcos rusos que habían visitado Crimea, un "territorio ocupado" para Kiev. Moscú calificó las acciones de Kiev como "terrorismo marítimo" y contestó endureciendo los controles en la zona rusa del mar de Azov, que se conecta con el Negro a través del estrecho de Kerch. Para Kiev, son inspecciones injustificadas que entorpecen el tránsito de los barcos hacia los puertos de Ucrania y se traducen en demoras con un coste adicional para las navieras.
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