"En desarrollo de la conversación telefónica que se celebró la víspera entre el presidente de Rusia Vladímir Putin y la canciller alemana Angela Merkel, fueron examinados los acontecimientos provocados por el cruce ilegal por los buques de las Fuerzas Navales de Ucrania de la frontera rusa en el estrecho de Kerch el 25 de noviembre", dice el comunicado.
En este sentido, Moscú llamó a la parte alemana a "influir en las autoridades de Ucrania para prevenir posteriores provocaciones en intereses de la coyuntura de la política interior" de Kiev.
El 25 de noviembre, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) informó de la detención de tres buques ucranianos que entraron en una zona provisionalmente cerrada en el mar Negro, sin haber solicitado permiso de las autoridades rusas.
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Los buques avanzaron hacia el estrecho de Kerch, y luego realizaron maniobras peligrosas desoyendo las exigencias de la guardia fronteriza rusa de parar de inmediato.
El Kremlin, que calificó el incidente naval con Ucrania de "provocación muy peligrosa", defendió las acciones de los guardacostas rusos al subrayar que actuaron de conformidad con la ley.
La Cancillería rusa declaró por su parte que con ese incidente Kiev busca ganar puntos de cara a la campaña de las elecciones presidenciales, previstas para el 31 de marzo de 2019.
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La libre navegación en el mar de Azov —mar interior entre Rusia y Ucrania, según un acuerdo bilateral— se complicó en los últimos meses después de que guardacostas ucranianos apresaran a varios barcos rusos que habían visitado Crimea, un "territorio ocupado" para Kiev.
Moscú calificó las acciones de Kiev como "terrorismo marítimo" y contestó endureciendo los controles en la zona rusa del mar de Azov.