La Oficina del Comisionado de Información (ICO) multó a Uber con 385.000 libras esterlinas (unos 494.000 dólares), mientras que la Autoridad Holandesa para la Protección de Datos (DPA) multó a la empresa por 600.000 euros (unos 682.000 dólares).
Los datos filtrados fueron nombres completos, direcciones de correo electrónico, números de teléfono, así como información sobre viajes y pagos.
En septiembre, Uber aceptó indemnizar con 148 millones a 50 estados estadounidenses y al Distrito Federal de Colombia por haber ocultado la fuga de datos de los conductores.
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Además, fue obligado a elaborar una política para garantizar la seguridad de todos los datos y notificar a los clientes de cualquier posible fuga de datos.
También los piratas informáticos obtuvieron los datos personales de siete millones de conductores, incluidos 600.000 números de carnés de conducir en EEUU.
La empresa pagó a los hackers 100.000 dólares para que eliminaran los datos robados y los mantuvieran en secreto.
Según Uber, los hackers no utilizaron la información robada.