"Esta medida no ayuda a construir las relaciones de buena vecindad y debe ser abolida", dice el texto.
La semana pasada, en un claro desafío a Bruselas, el Gobierno de la autoproclamada República de Kosovo aumentó del 10 al 100% los aranceles a todos los productos procedentes de Serbia y Bosnia y Herzegovina.
En varias ciudades de Kosovo se celebraron protestas pacíficas contra los aranceles de Pristina.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, convocó de urgencia a los embajadores de Rusia, China, Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Francia e Italia, así como a los representantes de la UE para informarles que las medidas de Kosovo llevan a una desestabilización total de la región y podrían provocar una mayor exacerbación del conflicto.
Temas relacionados: Belgrado promete abstenerse de guerra de aranceles con Pristina
Tampoco valieron las advertencias de la UE de que esos aranceles violaban los compromisos de Kosovo asumidos en el marco del Acuerdo Centroeuropeo de Libre Cambio (CEFTA).
Rusia alertó que la guerra comercial desatada por Kosovo podría agravar la situación regional.
Kosovo era una provincia Serbia y se independizó en 2008, Belgrado no reconoce esa independencia.