Los presupuestos generales de Rusia para 2018 prevén un superávit de 2,1% del Producto Interior Bruto (PIB).
Las cuentas generales del país proyectan también un superávit de 1,8% del PIB para 2019, 1,1% para 2020 y 0,8% para 2021.
El ministro destacó además que los indicadores económicos son cada vez más predecibles, en concreto, dijo el rublo casi ya no depende del petróleo.
"La política presupuestaria y monetaria moderada favorece el establecimiento de condiciones predecibles, la tasa de cambio ya prácticamente no depende de los precios del petróleo", subrayó.
Puntualizó que todo esto envía señales predecibles para las operaciones de las empresas.
"El presupuesto del país está orientado a estimular el crecimiento económico", apostilló.
Deuda interna de Rusia
Además, Siluánov afirmó que el 36-37% de las compras de la deuda interna de Rusia corresponde a extranjeros.
"Hoy observamos un nivel bastante estable de los inversores extranjeros e incluso vemos que les corresponde un 36-37% de las compras de la deuda interna rusa", dijo el ministro.
Al mismo tiempo, constató que la participación de los extranjeros en la estructura de la deuda interna rusa se ha reducido.
"Hace un año esta participación alcanzaba un 35-36% y ahora sería de un 26%… Algunos de los inversores atemorizados por las sanciones no se decidieron a invertir en los activos rusos y se marcharon", señaló el ministro.
También reconoció que las sanciones contra la deuda pública rusa resultarían "poco agradables" tanto para Rusia como para los inversores que compran esta deuda.
"Claro que las sanciones financieras [contra la deuda pública rusa] serían poco agradables para Rusia y para los inversores que participan en la compra de la deuda", destacó Siluánov.
"No vamos a tomar préstamos bajo cualesquiera condiciones… Por ejemplo, en el caso de los bonos de préstamos federales [OFZ], suspendimos varias subastas al considerar inaceptable la rentabilidad, y así lo haremos en adelante", aseguró el ministro de Finanzas ruso.
Sanciones a deuda pública
Siluánov desatcó también que Rusia no enfrentará riesgos graves si se imponen medidas de restricción unilaterales a su deuda pública.
"Nuestra defensa principal es el superávit y la falta de necesidad de grandes préstamos para financiar la deuda y estamos seguros de que los inversores internos se quedarán en el mercado, no vemos graves riesgos", contestó a la pregunta al respecto.
Además, reiteró, el presupuesto ruso no necesita grandes préstamos.
"¿Por qué pedir préstamos? Es una cuestión de estabilidad", destacó.
A la vez Siluánov expresó la esperanza de que no se impongan sanciones a la deuda pública de Rusia.
"Queremos confiar en que prevalezcan los enfoques sensatos", indicó.
Más tarde se informó que este año el Congreso estadounidense no tendrá tiempo para examinar ese proyecto, y es probable que la votación sobre esa iniciativa se aplace hasta 2019.
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la situación en Ucrania y la adhesión de Crimea a Rusia tras el referéndum celebrado en marzo de 2014, en el que más del 96% de los votantes avaló esta opción.
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Moscú señaló en repetidas ocasiones que el referéndum en Crimea se hizo respetando el derecho internacional y la Carta de la ONU.
Asimismo, Rusia ha señalado que no es parte del conflicto ucraniano y espera que este termine lo más pronto posible.