"Se trata de una provocación deliberada que algunos socios occidentales adivinaban que tendría lugar, como mínimo sabían que esa una posibilidad real e incluso quizás participaron en su planificación, nada de esto es casualidad", aseveró ante las cámaras del Primer Canal de la televisión rusa.
El domingo pasado, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) informó de la detención de tres buques ucranianos que entraron en una zona provisionalmente cerrada en el mar Negro, sin haber solicitado permiso a las autoridades rusas.
Los buques avanzaron hacia el estrecho de Kerch y luego maniobraron peligrosamente, desoyendo las exigencias de la guardia fronteriza rusa que les dio el alto.
El Kremlin calificó el incidente naval con Ucrania de "provocación muy peligrosa".
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La libre navegación en el mar de Azov –mar interior entre Rusia y Ucrania, según un acuerdo bilateral– se complicó en los últimos meses después de que guardacostas ucranianos detuvieran a dos barcos rusos que habían visitado Crimea, un territorio que Kiev considera ocupado.
Moscú catalogó las acciones de Kiev como "terrorismo marítimo" y contestó endureciendo los controles en la zona rusa del mar de Azov, que se conecta con el Negro a través del estrecho de Kerch.