"Los Estados deben tomar todas las medidas necesarias para garantizar que los derechos humanos de las personas migrantes que viajan en caravanas sean totalmente protegidos, ya que enfrentan amenazas crecientes para su vida, su libertad y su seguridad, y graves desafíos humanitarios", dice el mensaje emitido en la sede de la ONU en Ginebra.
Las vulnerabilidades a las que están sometidos los migrantes, debido a su situación de tránsito, incrementan el riesgo para estas personas de ser "víctimas de los traficantes y de sufrir otras formas de explotación", advierten los relatores del Consejo de DDHH del organismo internacional.
Esas caravanas no serán las últimas, pronostican los especialistas, "a menos que la situación de la que huyen las personas migrantes, que para muchos incluye violaciones extremas de los derechos humanos, haya mejorado considerablemente", señalan el documento conjunto.
"En lugar de alimentar las tensiones con discursos de odio y amenazas, los gobiernos deberían trabajar juntos para abordar la desigualdad, la pobreza, la exclusión social, la violencia, la inseguridad, la degradación ambiental y la persecución como los principales factores de la migración en América Central", puntualiza la exhortación.
Desde mediados de octubre, la ONU estima que entre 12.000 y 14.000 inmigrantes han pasado por las fronteras de Guatemala y México buscando llegar a EEUU.
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Los expertos de la ONU son los relatores sobre derechos humanos de migrantes, Felipe González Morales; en detenciones arbitrarias, Seong-Phil Hong; en salud física y mental, Dainius Puras; en vivienda adecuada, Leilani Farha, sobre defensores de derechos humanos, Michel Forst; sobre racismo, discriminación, xenofobia e intolerancia, Tendayi Achiume; sobre tortura, Nils Melzer; en trata de personas, Maria Grazia Giammarinaro; y sobre discriminación contra la mujer Ivana Radačić.
Contra el racismo y despliegues militares de EEUU
Los expertos también expresaron su preocupación por "el lenguaje y las prácticas racistas y xenófobas utilizadas por las autoridades estadounidenses", que vulneran las normas internacionales sobre igualdad y no discriminación.
Esta comparación promueve un clima de "intolerancia, odio racial y xenofobia" contra aquellos percibidos como "no blancos", creando ambientes emocionales hostiles, describe el informe.
Para la ONU es especialmente preocupante que esa retórica sea expresada por autoridades de alto nivel, sin mencionar al presidente de EEUU, Donald Trump.
Esas declaraciones "llevan a una escalada y normalización del discurso de odio, así como a la incitación al odio y a la discriminación" en la esfera política y pública, alertan.
Los expertos también expresaron su profunda preocupación por la decisión de enviar personal militar para asegurar la frontera de EEUU.
"La experiencia muestra que cuando las fuerzas armadas se utilizan para realizar tareas para las que no están capacitadas ello generalmente conduce a graves violaciones de los derechos humanos", apuntan.
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En sus cartas a los gobiernos, exigen a las fuerzas en la frontera actuar de acuerdo con los principios internacionalmente reconocidos de "necesidad, proporcionalidad y racionalidad", indica el comunicado.
Además, cuando no se llevan a cabo evaluaciones individuales sin la oportunidad de presentar sus solicitudes de asilo que describen los riesgos en sus países de origen, "se produce como resultado una posible violación del principio internacional de no devolución" a ambientes de peligro, indica la evaluación del procedimiento en marcha.
También agregaron que las amenazas de reducir la ayuda a los países de origen de los migrantes, de parte de EEUU, "son contraproducentes", y pueden agravar las condiciones de vida de las cuales estos migrantes huyeron.
Exhortan también a los países de origen para abordar las causas profundas de estas migraciones masivas, socioeconómicas, de violencia y falta de oportunidades laborales, dice el diagnóstico.
La mayoría de las personas en los diferentes grupos de caravanas proceden de Honduras, con un número creciente de migrantes de Guatemala, Nicaragua y El Salvador, compuesto en buena parte por familias, incluidas muchas madres solteras con hijos menores de cinco años, alrededor de 100 personas con distintas preferencias sexuales (LGBTI), y un número desconocido de personas con discapacidad.