La batalla contra el enemigo duró casi siete meses y destruyó el mito sobre la invencibilidad del Ejército nazi.
La operación Barbarroja de la Alemania nazi suponía la toma de la capital soviética en los primeros tres o cuatro meses de guerra, antes de la llegada del invierno. Sin embargo, a pesar de los éxitos de las tropas fascistas durante los primeros meses, la resistencia del Ejército de la URSS frustró sus planes. En particular, la batalla de Smolensk hizo posponer dos meses el ataque contra Moscú.
Las duras condiciones climáticas del otoño e invierno sumadas a unos enormes esfuerzos de las tropas soviéticas hicieron algo que parecía imposible: derrotaron a los nazis en los alrededores del corazón de la Unión Soviética.
El avance del Ejército Rojo causó grandes pérdidas de la maquinaria bélica del enemigo, redujo drásticamente la capacidad de ataque de los nazis y allanó el camino para la liberación del país.
Más: Desclasifican documentos históricos sobre la batalla de Moscú