El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas Argentinas se hicieron del poder mediante un Golpe de Estado, gobernando durante siete largos y sangrientos años. Causó más de 30.000 desaparecidos, provocó una guerra con Inglaterra, estatizó la deuda y llevó a cabo otra serie de políticas institucionales que hasta el día de hoy se pueden rastrear.
El 30 de octubre de 1983 se realizaron elecciones, que fueron ganadas por la Unión Cívica Radical, con 51,7% de apoyo a su líder Raúl Ricardo Alfonsín. En segundo lugar quedó el peronismo representado por Partido Justicialista, que ejercía el Gobierno cuando la ruptura institucional.
"La democracia arrancó sobre la base de actores tradicionales de la política argentina, como eran el radicalismo y el peronismo que en los últimos años han ido sufriendo una transformación, porque el régimen se mantiene estable pero los actores han cambiado", apuntó en diálogo con Sputnik el politólogo argentino Julio Burdman.
Consultado sobre los alzamientos militares que hubo en los primeros años post dictadura y por el hecho de que tanto Alfonsín como Fernando de la Rúa no pudieron terminar su mandato, Burdman opinó que hubo "inestabilidades de Gobiernos pero no de régimen".
Puntualmente consideró que lo de Alfonsín fue una entrega anticipada en el marco de un presidente electo, por lo que habría que referirse en este sentido exclusivamente "a la gran crisis del año 2001 en que de La Rúa se vio obligado a renunciar en el marco del colapso de la economía y una enorme crisis social".
Y en esa ocasión, destacó, "funcionó muy bien el mecanismo parlamentario de sucesión porque fue el Congreso el que logró elegir un nuevo presidente, Eduardo Duhalde, que luego convocó a elecciones".
Para Burdman, el problema "ha sido que durante el siglo XX la intervención violenta por parte de la derecha, utilizando muchas veces a los militares como instrumento, interrumpió el correcto funcionamiento de este sistema. Yo creo que lo que está superado es eso. Hoy en dia la derecha en Argentina se manifiesta de forma democrática y tiene sus propios partido políticos para intervenir".
"Una vez que se alcanzó eso, que la derecha se convierte en un actor democrático, algo que no lo era, creo yo que la democracia alcanzó su plena madurez", concluyó.