"Hice con la gobernadora (del estado de Roraima, Suely Campos) una especie de intervención negociada; ella cedió a esta fórmula (…) cree que la situación se está complicando en el estado de Roraima y que la mejor solución sería precisamente esta", dijo Temer tras reunirse de urgencia con varios ministros y la cúpula de seguridad del Gobierno.
En el caso de los policías militares, que por ley tienen prohibido hacer huelga, grupos de sus esposas protestaron frente a los cuarteles para impedir la salida de coches patrulla, y la situación podría agravarse en las próximas horas.
El Gobierno de Roraima alega que no tiene recursos para pagar a sus funcionarios públicos debido a bloqueos judiciales en las cuentas del Estado.
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Este interventor hará las funciones de la gobernadora, que en la práctica será apartada del poder, hasta que asuma el cargo el nuevo líder del estado (el ultraderechista Antonio Denarium, aliado del presidente electo Jair Bolsonaro) el próximo 1 de enero.
El estado de Roraima es uno de los más pobres de Brasil y desde hace al menos dos años vive una crisis migratoria debido a la llegada incesante de inmigrantes venezolanos y al mismo tiempo una crisis en el sistema de prisiones, tomado por bandas de narcotraficantes.