Según conclusiones científicas publicadas en un artículo de la revista Nature Communications, el deshielo del permafrost afectará a más del 70% de la infraestructura en las ciudades polares de Rusia, Canadá y Estados Unidos, y estos procesos ya no pueden detenerse independientemente del futuro de los Acuerdos de París.
"Nuestras observaciones hace tiempo me convencieron de que el calentamiento global no puede ser un producto de la imaginación de los climatólogos, es bastante real. Los habitantes de Alaska, por ejemplo, ya tienen que lidiar con sus consecuencias, y en el futuro se volverán aún más peligrosas", afirma Vladímir Romanovski, empleado del Instituto de la Criosfera de la filial siberiana de la Academia de Ciencias de Rusia en Tiumén y de la Universidad de Alaska en Fairbanks (EEUU).
El deshielo provocará que la materia orgánica congelada y acumulada durante millones de años empiece a pudrirse, lo que provocará la liberación de metano y dióxido de carbono a la atmósfera. Al mismo tiempo, incendios naturales la harán arder lo que acelerará aún más el calentamiento global.
Según Romanovski, entre otras peligrosas consecuencias del calentamiento global está el hecho de que muchas ciudades construidas en el territorio de la tundra en el Ártico ruso, canadiense, europeo y estadounidense pueden colapsar literalmente debido a la fusión del permafrost. Romanovski junto con otros científicos de Canadá, Estados Unidos, Noruega y Finlandia, han evaluado el estado del suelo en las proximidades de las principales ciudades y otros asentamientos en el Ártico.
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Los ferrocarriles serán los más afectados. También se verán amenazados aproximadamente el 60-80% de los edificios residenciales y de oficinas en Rusia, Europa y América. De su futuro destino dependerá como señala Romanovski, la vida de cerca de un millón de habitantes del Ártico.
Para Rusia, a su vez, será especialmente peligroso puesto que la mitad de las torres de producción de petróleo y gas, así como las tuberías, están ubicadas en la zona de descongelación del permafrost. Esto puede causar enormes pérdidas para las empresas rusas y al mismo tiempo, desestabilizar la situación en Europa y en todo el mundo en general. Hoy en día, solo el 30% de las solicitudes europeas de 'combustible azul' lo proporciona el distrito autónomo de Yamal-Nenets.
El trabajo conjunto del equipo de científicos ayudará a las autoridades de Siberia, Alaska y otras regiones polares a comenzar a prepararse hoy para estos eventos, lo que evitará bajas masivas y un colapso económico.