Si China no cede, EEUU tomará medidas para prohibir la entrada al país de ciertos políticos chinos. Y al gigante asiático no le ha sentado bien, afirman los expertos.
Los políticos chinos a los que podría prohibirles la entrada serían aquellos responsables del acceso o no de los extranjeros a la región tibetana. Los dos expertos a los que Sputnik ha entrevistado creen que Washington está utilizando la cuestión del Tíbet para seguir presionando a Pekín.
"Quienes han seguido de cerca el desarrollo de las relaciones entre China y Estados Unidos en lo referente a la cuestión del Tíbet (…) durante un tiempo se olvidaron de las desavenencias de ambos países sobre esta cuestión. Ahora parece que, para presionar a China, la Administración de Trump vuelve a utilizar el problema tibetano", explica a Sputnik Andréi Karnéyev, director adjunto del Instituto de Países de Asia y África de la Universidad Estatal de Moscú (Rusia).
Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de China ya han manifestado su malestar. El portavoz, Lu Kang, ha asegurado que los últimos pasos del Senado estadounidense demuestran cierto desprecio, que son un intento por entrometerse en los asuntos internos del gigante asiático y que violan el derecho internacional. También ha recordado que, desde 2015, han sido más de 40.000 estadounidenses los que han visitado el Tíbet.
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Otro de los expertos chinos en relaciones internacionales a los que ha consultado Sputnik asegura, en condición de anonimato, que efectivamente las intenciones del Senado estadounidense son una manera de inmiscuirse.
"Es evidente que la Ley de Acceso Recíproco al Tíbet que han aprobado es una forma de injerir en los asuntos internos. Cada Estado soberano tiene el derecho de limitar el acceso a los extranjeros en algunas zonas del país y eso es un asunto interno de cada nación", señala.
"En Estados Unidos siempre hay gente que busca cualquier forma de inmiscuirse en los asuntos internos, no solo de China, sino de otros países (…) Incluso cuando las relaciones entre China y EEUU son tranquilas, en Estados Unidos siempre hay gente dispuesta [a ello]", señala.
EEUU considera a otros países como sus puntos fuertes, dondequiera que los estadounidenses quieran viajar, en todas partes es posible, y resulta que otros países ni siquiera pueden evitar que esto suceda.
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