Todo iba bien hasta que los murciélagos aparecieron mientras estos graciosos animales descansaban. Empezaron a acercarse a los pingüinos y a intentar morderlos para chuparles la sangre, detalle que no pasó desapercibido. Las aves palmípedas no voladoras empezaron a picar a los chupasangres para intentar espantarlos, pero no lo consiguieron.
Así que cambiaron de táctica y empezaron a lanzarles heces, aunque no con mucha puntería. Muchos de los 'disparos' acabaron en las caras y en los ojos de sus compañeros.
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Los murciélagos vampiro son una familia de murciélagos que se alimentan de sangre. Hay tres especies dentro de esta familia y las tres son originarias de América.