Los detalles de esta operación acaban de hacerse públicos. El reactor podría haberse convertido en objetivo de los grupos terroristas que operan en el país africano. Las preocupaciones a este respecto han dado lugar a una amplia cooperación internacional para hacer frente a posibles amenazas.
La transportación en sí también fue espectacular. Rusia proporcionó un contenedor TUK-145/C de 30 toneladas creado especialmente por diseñadores rusos para el transporte de combustible nuclear gastado. El dispositivo tiene varios grados de protección y garantiza la seguridad nuclear incluso en caso de un accidente aéreo. También resiste cualquier impacto contra el suelo o un fuego intenso.
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Los periodistas de Sputnik han establecido la ruta del avión con la peligrosa carga desde la Universidad Ahmadu Bello de Kaduna hasta China usando la base de Flightradar. El An-124 ruso aterrizó el 6 de diciembre en la zona de Shijiazhuang, en la provincia de Hebei. La misión, en la que participaron expertos, pilotos, diplomáticos y técnicos de los seis países involucrados, concluyó con éxito.
Sputnik habló con Andréi Baklitski, un experto en temas de no proliferación nuclear y consultor del Centro PIR —organización no gubernamental de estudios políticos— quien confirmó la gravedad de la amenaza global si algunos radicales alcanzan el combustible nuclear.
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"La amenaza del terrorismo con el uso de materiales nucleares es bastante real, y no estamos hablando necesariamente de la creación de una bomba nuclear de pleno derecho. Hay muchos reactores de investigación con uranio altamente enriquecido en el mundo (más del 20% del enriquecimiento). Antes, no pensábamos mucho en eso. En los últimos diez años, sin embargo, políticos y expertos de muchos países se han preguntado qué pasaría si el uranio cayera en manos de grupos terroristas", explica el experto.
El mayor peligro surge en los países con una mayor actividad de grupos terroristas, guerra civil permanente o gobiernos incapacitados. Nigeria, desde este punto de vista, es un país muy problemático, debido a los conflictos étnicos, la alta corrupción y, por supuesto, la actividad de la organización islamista radical Boko Haram, recalca Baklitski.
"Si roban uranio altamente enriquecido, los terroristas tendrán una herramienta adicional para sus amenazas. No fabricarán una bomba nuclear, pero sí podrán hacer una bomba sucia —explosivos ordinarios y material radioactivo—. Por eso muchos países tienen un programa para reenfocar los reactores de investigación en uranio de bajo enriquecimiento", continúa.
Los informes sobre la retirada del uranio altamente enriquecido de Nigeria ponen de relieve el papel especial de China que ha aceptado el almacenamiento del material radiactivo. De acuerdo con las palabras del jefe del programa 'Rusia en la región Asia-Pacífico' del Carnegie Moscow Center, Alexandr Gabúev, este enfoque está dictado por la intención de fortalecer la imagen internacional de China como un actor global responsable.
También es importante la convergencia de intereses entre China, Estados Unidos y Rusia; el control nuclear sigue siendo un ámbito en el que, a pesar de las diferencias políticas, los tres países pueden y deben cooperar, destaca el especialista.
Wu Enyuan, un experto de la Academia China de Ciencias Sociales, coincide con estas evaluaciones.
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"Aunque estos países cooperaran por iniciativa propia y no firmarán ningún acuerdo, actuaron como miembros del Tratado sobre la no proliferación de armas nucleares, elaborado bajo los auspicios de las Naciones Unidas. Es obvio que Estados Unidos, China y Rusia tienen una responsabilidad especial en este ámbito. A pesar de la existencia o ausencia de acuerdos entre los seis Estados, ningún país puede guiarse únicamente por sus propios intereses o por las contradicciones en las relaciones bilaterales, ya que esto haría posible que las armas nucleares caigan en manos de terroristas", comenta.