Poco conocido en el exterior, Laos es considerado el país más bombardeado del mundo. Entre 1965 y 1973, mientras los ojos de la comunidad internacional se posaban sobre Vietnam, Estados Unidos derramó sobre el país vecino 288 millones de bombas de racimo, entre 2 y 2,5 millones de toneladas de explosivos, un promedio de 10 toneladas por kilómetro cuadrado o, lo que es lo mismo, 500 kilos de explosivos por habitante.
La mayor parte eran bombas de racimo antipersona, conocidas popularmente como 'mandarinas' por su color naranja ardiente. Se estima que un 30% de las 'mandarinas' no llegó a estallar. Y ahí está la paradoja: sus creadores sabían que muchas de ellas no explotarían al caer y por eso las pintaron de color brillante para después poder encontrarlas con mayor facilidad. Pero, lamentablemente, es precisamente su color lo que más atrae a los cientos de niños y niñas mutilados.
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Hoy día, estas 'mandarinas' componen la mayor parte de las bombas encontradas por la misión de zapadores rusos en Laos. En funciones desde finales de 2018, los especialistas rusos no solo encuentran en las junglas un promedio de seis explosivos por día, sino que enseñan los pormenores del trabajo y capacitan a sus compañeros de Laos.
"Nuestra misión es encontrar [las bombas], marcarlas y entregárselas a nuestros compañeros de Laos que se encargan de la destrucción de los explosivos", compartió el jefe de un grupo de desminado, Vitali Moroz, citado por el canal militar Zvezda.
Municiones de artillería, bombas incendiarias y cápsulas rellenas de napalm son algunos de los miles de proyectiles que, junto a las 'mandarinas' de racimo, aún se encuentran en el suelo de Laos esperando a ser encontrados, ya sea por los zapadores o por los civiles desprevenidos.
El programa ruso se enmarca en la iniciativa anunciada por el presidente Vladímir Putin de abrir en Laos una filial del Centro Internacional de Desminado de las FFAA de Rusia. La mayoría de los instructores rusos tienen experiencia de trabajos similares en Siria. Además, antes de partir a Laos, pasaron por un proceso de capacitación sobre explosivos estadounidenses.
Los bombardeos alcanzaron su máximo auge durante la Operación Menú entre 1969 y 1970. Durante casi cuatro años, el Congreso de EEUU no supo nada sobre esa operación hasta diciembre de 1972. La revelación fue una de las principales razones que llevaron al descontento civil por las acciones militares y, finalmente, a la retirada de las tropas estadounidenses del vecino Vietnam.
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