Además de Países Bajos, el memorando fue firmado por los Gobiernos de Australia, Bélgica, Malasia y Ucrania.
“Los firmantes acuerdan financiar conjuntamente los procedimientos vinculados con la persecución judicial de los sospechosos de ser responsables por el siniestro del vuelo MH17 teniendo en cuenta el carácter internacional de la tragedia, así como el objetivo de reducir el daño causado a todas las víctimas y hacer que los procedimientos legales sean más accesibles para todos los familiares de las víctimas”, dice el documento.
Se informa que los representantes de los cinco países crearán un comité especial para la inspección financiera, a la cual podrán unirse también otros Estados los ciudadanos de los cuales fallecieron en la catástrofe.
El 17 de julio de 2014, el vuelo MH17 de la compañía Malaysia Airlines que se dirigía de Ámsterdam a Kuala Lumpur, fue alcanzado por un misil cuando sobrevolaba la provincia de Donetsk, en el este de Ucrania, zona convulsionada por los enfrentamientos entre las tropas ucranianas y las milicias.
Ninguna de las 298 personas que viajaban a bordo de la aeronave, en su mayoría neerlandeses, sobrevivió.
A finales de septiembre de 2016, el JIT llegó a la conclusión de que el vuelo MH17 fue derribado por un misil del sistema antiaéreo Buk supuestamente procedente de Rusia y transportado a un área que en el momento de la catástrofe estaba bajo el control de las milicias de Donetsk.
A finales de mayo pasado, el equipo afirmó que la lanzadera pertenecía a la brigada de defensa antiaérea 53 del Ejército ruso.
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Partiendo del informe más reciente, los Países Bajos y Australia responsabilizaron formalmente a Rusia del derribo, la instaron a asumir esa responsabilidad y procurar justicia para las víctimas del vuelo MH17 y sus familiares, así como amenazaron con llevar el caso a una corte o un organismo internacional.
El Ministerio ruso de Defensa reafirmó que ningún sistema antiaéreo ruso había cruzado la frontera con Ucrania y remarcó que la investigación del JIT no incluye testimonios de personas residentes cerca de la escena de la catástrofe, según las cuales el misil fue lanzado desde un área controlada por los militares ucranianos.
Además, recordó que Rusia había propuesto desde un principio llevar a cabo una investigación conjunta, pero su iniciativa fue rechazada, mientras se aceptó la participación de Ucrania que no había cerrado el espacio aéreo sobre la zona de hostilidades en contra de lo que prescribe la norma internacional.