"Recibimos 400 dólares al día pero solo durante la estancia en la EEI", dijo Artémiev a Sputnik.
Artémiev desveló que los estadounidenses reciben cinco dólares por cada día que permanecen en la EEI, aunque en la Tierra sus salarios son altos.
Confesó también que actualmente busca comprar un apartamento para su familia.
Aclaró que los cosmonautas no escogen esta profesión por dinero.
"El factor económico está entre los últimos", apostilló el que fuera comandante de la nave espacial Soyuz MS-08.
Artémiev es uno de los cosmonautas blogueros más populares con casi 240.000 seguidores en Instagram y más de 70.000 en YouTube, su canal tiene casi tres millones de visitas.
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Considera que los astronautas no deben poner publicidad pagada en sus blogs.
"Nada de publicidad y es que los cosmonautas no deben hacer dinero con los que invierten en ellos, para que nosotros sigamos conquistando el sistema solar", dijo al referirse a las redes sociales.
Sugirió que se debería publicitar solo "cosas útiles para la gente".
También se disculpó por dejar su blog tras volver a la Tierra y es que, dijo, quería pasar más tiempo con su familia.
Artémiev prometió retomar su blog pronto antes de su nueva misión a la EEI.
Comida rusa en la EEI
Oleg Artémiev también declaró que la comida espacial rusa es más rica que la de otros países.
"Nuestra comida, la rusa, es muy sabrosa, mientras la comida europea no tiene sal ni especias (…), todo lo que no comemos se lo llevan otros", dijo Artémiev a Sputnik.
El cosmonauta afirmó que alguna comida se usa incluso como moneda en la EEI, por ejemplo, con el requesón con nueces, casis o bayas de espino amarillo, "se puede comprar todo", normalmente los rusos lo cambian por algo que no se les envía, como los mariscos.
En concreto, los astronautas rusos "compran" cangrejos, ostras y gambas.
Otro producto que les gusta a los tripulantes rusos es la tortilla de harina, que rellenan de su comida en lata.
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"Es una especie de burrito, muy rico", comentó Artémiev.
También dijo que cuando una vez trajo la tarta Moskva en tubos para celebrar el cumpleaños de su hija, el postre les gustó tanto a sus colegas de la EEI que cortaron todos los tubos para comer hasta los últimos bocados.