El último recuento oficial contempla 110 muertos (de los cuales 71 fueron identificado) y 238 desaparecidos, según explicó en rueda de prensa desde Brumadinho el teniente coronel Flávio Godinho, jefe de la Defensa Civil de Minas Gerais.
Además, un total de 192 personas fueron rescatadas con vida tras la tragedia y 198 permanecen desalojadas fuera de sus casas.
Para abastecer a estas comunidades, entre las que hay aldeas indígenas, las autoridades están movilizando 50 camiones cuba con 20.000 litros de agua potable.
Los habitantes de Brumadinho y de otras ciudades de la región que consumen agua canalizada pueden seguir haciéndolo normalmente sin riesgo para su salud.
El portavoz de los bomberos de Minas Gerais, Pedro Aihara, resaltó que la mayoría de los cuerpos localizados hasta el momento estaba en zonas superficiales.
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A partir de ahora, la búsqueda dependerá más de excavaciones y estabilización del suelo, lo que hará que los hallazgos sean más lentos.
El viernes 1 de febrero se cumplirá una semana de la tragedia y del comienzo de los trabajos de búsqueda de las víctimas.
Bomberos de varios estados de Brasil llegaran a Brumadinho para reforzar el equipo, que hasta este jueves contaba también con 136 militares de Israel.