Con una puntuación de 71, EEUU descendió cuatro puntos con respecto al índice del año pasado, hasta la cota mínima de los últimos siete años, y por primera vez desde 2011 se vio al margen del grupo de 20 líderes.
"Este descenso se produce en un contexto en el que EEUU ve amenazado su sistema de controles y contrapesos, además de sufrir una erosión de las normas éticas en sus máximos niveles de poder", señala Transparencia Internacional en un comunicado de prensa.
También Brasil perdió dos puntos en relación con el año anterior, situándose en 35, su peor resultado de los últimos siete años.
Para la presidenta de Transparencia Internacional, Delia Ferreira Rubio, hay "un vínculo muy claro entre el hecho de contar con una democracia saludable y el éxito en la lucha contra la corrupción en el sector público.
"La corrupción tiene una probabilidad mucho mayor de surgir cuando la democracia se asienta sobre cimientos débiles y, como hemos visto en muchos países, cuando los políticos antidemocráticos y populistas tienen la oportunidad de utilizarla para su beneficio", advierte ella.