Fue desarrollado originalmente para reemplazar los aviones de entrenamiento L-39 que las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia utilizaban para formar a pilotos militares.
El Yak-130 dispone de un sistema para imitar los controles de diferentes aeronaves, incluido el caza ruso de quinta generación Su-57. Es el primer avión completamente nuevo fabricado en Rusia después de la caída de la URSS.
El avión puede servir como alternativa económica para los países de pequeño tamaño. Al fin y al cabo, su coste aproximado es de alrededor de 15 millones de dólares. A modo de comparación, el caza Su-30MKI de las Fuerzas Aéreas de la India costaba cerca de 83 millones de dólares en 2012.
No es sorprendente que el Yak-130 sea una de las aeronaves más exportadas de Rusia. Está al servicio del Ejército de Argelia, Birmania, Bangladesh, Bielorrusia y Laos.
Tiene una carga de combate máxima de tres toneladas, la velocidad punta supera los 1.000 km/h y posee un alcance de 2.000 kilómetros.
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