"Esta es una de las pocas ocasiones en las que el presidente decide estar en contra de las mayorías, porque la mayoría de los mexicanos, según sondeo, está en contra del presidente Maduro, y al presidente López Obrador le gusta tomar posiciones en las que el pueblo manda", dijo a esta agencia Roy Campos Esquerra, presidente de la encuestadora Consulta Mitofsky.
El mandatario mexicano de izquierda nacionalista toma las decisiones sobre Venezuela "en un contexto histórico concreto: la coyuntura es que hay venezolanos a quienes les violan sus derechos humanos o, como dicen algunos senadores, una cosa es que no lo digamos y otra que no lo sepamos", dijo el experimentado encuestador y analista de opinión pública en varios países.
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La única posibilidad de entender esa posición es que "el presidente la toma pensando en el capítulo de la historia en el que se hable de su presidencia, para que jamás lo acusen de traidor ante una operación estadounidense", dijo el director de la firma.
El propósito es "establecer un nuevo mecanismo de diálogo con la inclusión de todas las fuerzas venezolanas, que coadyuve a devolver la estabilidad y la paz en ese país", como lo propuso el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.
López Obrador y su par uruguayo Tabaré Vázquez esgrimen la "no intervención", y su "preocupación por la situación de los derechos humanos en Venezuela".
Del foro de Sao Paulo a la neutralidad
Una fuente de la cancillería mexicana dijo a Sputnik que en la capital uruguaya "habrá distintos grupos, países, personajes públicos, que tendrán distintas reuniones entre sí", pero México se distanció del llamado Grupo de Contacto Internacional impulsado por la Unión Europea (UE) y Uruguay y organizador del encuentro.
"No somos parte del grupo de contacto, pero sí participaremos en las distintas mesas de diálogo que surjan en Montevideo", puntualizó la fuente bajo condición de anonimato.
La política de neutralidad "es la mejor forma para no estar ni a favor ni en contra de Maduro", dijo por su parte a esta agencia José Antonio Crespo, autor de una biografía política de López Obrador, fundador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en 2014.
Crespo coincidió en que la mayoría de los mexicanos está contra Maduro pero también contra Trump.
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"Los mexicanos, yo incluido, estamos en contra de una intervención de EEUU como la practica el presidente Donald Trump, y veríamos bien una neutralidad para distanciarnos y buscar una negociación y solución pacífica", dijo Crespo.
Crespo señaló además la distancia de México respecto del Grupo Lima, una instancia de 14 países para dar seguimiento a la crisis venezolana, surgida en el seno de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Crespo, historiador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), señaló que, si bien al Foro de São Paulo no lo integran gobiernos sino partidos de izquierdas, "hizo un compromiso abierto, público y frontal a favor de Maduro, razón por la que algunos gobiernos de la UE y el Grupo de Lima no creen en la neutralidad, aunque sea una postura correcta".
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El académico estimó que "el Grupo de Lima surgió a raíz de que Maduro convocó unilateralmente a una Asamblea Constituyente para sustituir a la Asamblea Nacional, legítimamente elegida en 2015", que encabeza Juan Guaidó, autoproclamado presidente en funciones, al desconocer en enero pasado el segundo mandato de Maduro.
Morena, presidida entonces por López Obrador, "respaldó en ese foro las nuevas constituciones en Cuba, Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Bolivia, que resisten y batallan por cambiar América Latina", puntualizó Crespo.
El canciller Marcelo Ebrard dijo que "no defendemos a Maduro ni a su régimen, ni tenemos ninguna posición política; queremos que haya un diálogo inteligente", para "evitar violencia y más sufrimiento del pueblo venezolano".
México, según Ebrard, se distanció del Grupo de Lima y la UE porque imponen condiciones a Venezuela y reconocen al líder opositor como presidente.