En enero de 2019 se cumplieron 130 años de la primera misa ortodoxa en la Argentina, un verdadero hito para la comunidad rusa y eslava en América Latina. Ya desde finales del siglo XIX, los inmigrantes demandaban la necesidad de contar con representación para oficiar su fe, que fue respondida por el entonces zar del Imperio de Rusia con la construcción de la primera Iglesia Ortodoxa Rusa de la región, inaugurada en 1901.
La Catedral Ortodoxa Rusa de la Santísima Trinidad es la principal iglesia de este credo en el país aunque ya no la única, pues tanto en la ciudad como en el conurbano y otras ciudades existe una importante red de parroquias. El arcipreste explicó que la obra espiritual está centrada en los miembros de la comunidad y que cuentan con colegios, escuelas parroquiales y de formación de scouts.
Por otro lado, la Iglesia ofrece atención caritativa a los más necesitados, sin importar el culto, a través de un comedor comunitario diario para personas en situación de calle y donaciones de alimentos, vestimentas y medicamentos que se llevan a comunidades en la provincia de Misiones, en el noreste argentino.
"No es nuestra idea convertir al pueblo argentino, sino que actuamos con sumo respeto que se merecen las autoridades gubernamentales del país y también la Iglesia Católica Apostólica Romana, a la que consideramos la anfitriona, que nos permiten en su casa hace ya casi 120 años y vivir nuestra fe en plena libertad", dijo el arcipreste.
El edificio, parte irremplazable y destacada del paisaje urbano porteño, fue diseñado en San Petersburgo por el arquitecto del Santo Sínodo de Rusia Mihail Preobrazensky, y construido por el arquitecto noruego-argentino Alejandro Christophersen. Los fondos para su edificación fueron otorgados por la familia imperial como donaciones personales pero no con capitales de las arcas estatales, aclaró Iwaszewicz.
"La mayoría de los íconos, candelabros, vestimentas, utensilios religiosos y ornamentaciones, así como el iconostasio de mayólica [cerámica esmaltada artesanal], que es único en el mundo, fueron traídos desde Rusia y enviados como donaciones. Muchos artistas plásticos hicieron su aporte con donaciones en especies, lo que hace a este templo una verdadera obra maestra", concluyó.