Los investigadores de la Universidad Northwestern (EEUU) revelaron que los colonos escandinavos que vivían en Groenlandia gozaban de un clima extraordinariamente caliente para esta zona.
Fue el empeoramiento del clima lo que hizo que los vikingos finalmente abandonaran su hábitat.
Anteriormente, los científicos no sabían cuál era la temperatura en la isla cuando los vikingos se trasladaron a la región. Para calcularla, los estudiosos analizaron sedimentos de los lagos para reconstruir los datos sobre los cambios climáticos de los últimos 3.000 años.
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Estos sedimentos se forman por una acumulación de las capas anuales de barro que son capaces de almacenar 'registros' del pasado. Al estudiar estas capas, los investigadores pudieron identificar pistas climáticas de varias edades geológicas.
Este período templado y relativamente breve interrumpió una tendencia de enfriamiento constante impulsada por cambios en la órbita de la Tierra. Al final de esta etapa, las temperaturas se estabilizaron, por lo que el clima de Groenlandia volvió a ser más frío y los vikingos abandonaron la zona.
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Adicionalmente, los autores del estudio hicieron otra revelación sobre la Oscilación del Atlántico Norte, el fenómeno natural de fluctuación en la presión atmosférica que suele ser responsable de las anomalías climáticas en Groenlandia. Probablemente este no haya estado en su fase activa durante la época medieval, contrariamente a lo que se creía antes.
