La moratoria está previsto que se levante este 13 de febrero, pero podría prolongarse ante la aparición de un brote, aparentemente no conectado, en Newmarket, distrito inglés famoso internacionalmente por sus yeguadas.
El comité de veterinarios de la Autoridad Británica de Caballos de Carreras (BHA, por sus siglas en inglés) se dispone a tomar la decisión en una reunión prevista para la noche del 11 de febrero.
"La BHA es particularmente consciente de las consecuencias potenciales para la industria de la cría de caballos de la gestión de este brote", ha señalado la asociación en un comunicado.
En 2017, el sector generó apuestas en el Reino Unido por un valor de 9.100 millones de libras (más de 10.000 millones de euros al cambio actual), de acuerdo con datos de la consultora GBGC citados por el Financial Times.
La BBC estima que la fiebre equina está costando a la industria dos millones de libras al día.
"Es el virus respiratorio potencialmente más dañino para el equino en el Reino Unido y puede ser particularmente grave en los potros", difundió la BHA.
El primer bote se detectó en un establo de Cheshire, donde seis caballos previamente vacunados dieron positivo tras participar en carreras en Ayr, Escocia.
En Newmarket, cuatro caballos han dado positivo al virus pese a estar también vacunados.
Las autoridades intentan contener la posible epidemia restringiendo el movimiento de todos los caballos que han competido en los últimos días en cuatro distintos hipódromos.
La crisis de la fiebre equina afecta ya a 174 establos de Inglaterra y Escocia.
El mayor riesgo al que se enfrenta la industria sería una epidemia general que fuerce la cancelación de las grandes citas anuales del circuito ecuestre: el festival de Cheltenham, en marzo, y el Gran Nacional, en abril.