"Hoy en día, cada ámbito es disputado: sea en el aire, la tierra, el mar, el espacio o el ciberespacio", reza la Estrategia de Defensa nacional 2018 del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
El país que supo capitalizar para sí los resultados de la Segunda Guerra Mundial y que en la década de los noventa se posicionó como la única potencia en el mundo, al haber desaparecido la Unión Soviética, ahora despierta de pronto, y se da cuenta de que tiene "competencia" y debe hacerles frente, usando todos los medios disponibles.
Concretamente, en febrero de 2018, el entonces comandante del Comando Sur de Estados Unidos, Ussouthcom, el almirante Kurt W. Tidd, al referirse a los desafíos que debe enfrentar su país indicaba que "el creciente papel de Rusia en nuestro hemisferio es particularmente preocupante, dadas sus capacidades en inteligencia y cibernética, su intención de poner fin a la estabilidad y el orden internacional y desacreditar las instituciones democráticas".
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También le preocupaba que "los avances comerciales y diplomáticos de China la acercan a su objetivo estratégico más amplio de reformar la arquitectura de la economía y la gobernanza mundiales. El aumento del alcance a puntos de acceso global clave como Panamá crea vulnerabilidades comerciales y de seguridad para Estados Unidos, al igual que las telecomunicaciones chinas y los emprendimientos espaciales con potencial de doble uso, lo que podría facilitar la recopilación de información, arriesgar las redes de comunicación y, en última instancia, restringir nuestra capacidad para trabajar con nuestros socios".
Esta es la única amenaza para inversiones rusas en Venezuela https://t.co/5Uo0hpeBQ5
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 12 февраля 2019 г.
En esa misma alocución Kurt W. Tidd hacía hincapié en que "la ampliación del acceso a puertos y logística en Cuba, Nicaragua y Venezuela proporciona a Rusia una presencia persistente y perniciosa, que incluye una recolección más frecuente de inteligencia marítima y una proyección de fuerza visible en el hemisferio occidental.
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Es en este contexto que debemos analizar el actual escenario que vive Latinoamérica y el Caribe. Aquí no se trata solo de Venezuela de manera aislada.

Es en el territorio venezolano que se libera una lucha sin precedentes por el control geopolítico de la región.
El falso dilema de "dictadura o democracia" al cual los medios occidentales proamericanos nos inducen, oculta el verdadero dilema regional: "injerencia o soberanía".
Así acciona el Comando Sur
Los medios que utilizaba Estados Unidos en el pasado, para tener bajo control a su "patio trasero", eran los golpes de Estado, para lo cual contaban con ejércitos a los que entrenaban en la Escuela de las Américas en Panamá, en West Point y otros medios como Usaid que era la punta de lanza. Asimismo, la instalación de bases militares era una forma importante de tener acceso directo a la región.
Ya no bastan comandantes de ejército de algunos de los países latinoamericanos dispuestos a dar un golpe de Estado, fue necesaria una reingeniería de mecanismos de acción sobre la región, que tenga un mayor efecto y control sobre la sociedad civil y los Gobiernos.
El actual comandante del Comando Sur de Estados Unidos, almirante de la Armada Craig S. Faller, declaró el 7 de febrero pasado ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado que Washington está estrechando lazos con los países del Southcom.
Faller aclaró que "esta colaboración no solo se da entre militares, sino también con diplomáticos, auspiciada por el Departamento de Estado y otras organizaciones, como la Agencia para el Desarrollo Internacional y los Departamentos de Justicia y de Seguridad Nacional".
No necesitan tantas bases militares
Estados Unidos sabe que existe un rechazo amplio de parte de la sociedad civil a la instalación de bases militares, pero además valga decir que ya ni las bases son tan necesarias, pues si de intervención militar se trata, tienen a su servicio acuerdos de "colaboración" con algunos países y toda la tecnología del mundo para sus cometidos.
Además, Argentina "ha dado un nuevo impulso a las interacciones entre militares". Perú, por su parte, continúa con la larga tradición de intercambios oficiales con el Southcom.
El Southcom ha reiniciado la colaboración con Ecuador en materia de seguridad, y está avanzando en la renovación de los vínculos militares, prosiguió Faller. Esfuerzos similares se están realizando en varios otros países, como El Salvador, Panamá, Honduras, Guatemala, Trinidad y Tobago y Jamaica.
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A falta de presencia militar duradera de EEUU en la mayor parte de América Latina y el Caribe, las rotaciones recurrentes de pequeños equipos de fuerzas activas y de reserva de Estados Unidos "desempeñan un papel central para generar confianza y afianzar el intercambio de conocimientos de gran importancia", dijo Faller.
Estados Unidos utiliza diferentes formatos de "colaboración" con los países latinoamericanos, y es por eso casi inútil buscar "bases militares" como tales en la región, salvo las mencionadas por el propio Comando Sur en sus documentos, como la Base de Guantánamo, la Base de Comalapa en El Salvador y la Base aérea de Soto Cano en Honduras.
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A nombre de lucha con el narcotráfico financia a algunos países en ampliación de sus bases navales, aeropuertos, tecnología, con distintos ministerios u organismos. Estos acuerdos justamente permiten la "visita periódica" de militares norteamericanos a los países, evadiendo así los cuestionamientos y críticas de la sociedad civil y protegiendo a los gobernantes que permiten tales eventos.
Otra instancia importante en esta estrategia norteamericana de control del continente son las Fuerzas de Tarea conjunta del Sur Joint Interagency Task Force-South (JIATF-South) que está subordinada al Comando Sur, a la cual contribuyen cuatro brazos militares, asimismo contribuyen a su accionar la CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos), la DEA y el FBI.
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La JIAF-South cuenta asimismo con el apoyo de las 'big five' o los 'cinco ojos', conformado por las Agencias de Inteligencia: DIA (Agencia de Inteligencia de la Defensa) CIA (Agencia Central de Inteligencia), NSA (Agencia de Seguridad Nacional) NGA (Agencia Nacional de Inteligencia-Geoespacial) y NRO (Oficina Nacional de Reconocimiento).
Ampliar redes, sumar a la sociedad civil
La Estrategia de Defensa norteamericana indica: "Al reforzar las herramientas tradicionales de diplomacia de Estados Unidos, el Departamento ofrece opciones militares para asegurar que el presidente y nuestros diplomáticos negocien desde una posición de fuerza. Si no cumplimos con nuestros objetivos de defensa, la influencia global de Estados Unidos disminuirá, se erosionará la cohesión entre aliados y socios, y se reducirá el acceso a los mercados, lo que contribuirá a la disminución de nuestra prosperidad y nivel de vida".
La Estrategia 2017-2027 del Ussouthcom dedica una mayor importancia a la necesidad que tienen de "ampliar las redes amigas para que incluyan nuevos coparticipes de los sectores público y privado y así fortalecer nuestra habilidad colectiva, capacidad e interoperabilidad". Estas interacciones les permitirán "avanzar hacia objetivos nacionales que serían imposibles de alcanzar solo con el poder militar".
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Ojalá a nuestros gobernantes latinoamericanos les alcance la mirada soberanista, latinoamericanista, para encontrar soluciones no injerencistas a la crisis que enfrenta la región, de otro modo, los países empezarán a caer como naipes, reconstituyendo el "patio trasero" que tanto ansía recuperar el imperio norteamericano.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK