Las demandantes —viudas de cuatro de los nueve activistas ejecutados por la dictadura del general Sani Abacha que gobernaba Nigeria por aquellas fechas— exigen de la multinacional disculpas y compensaciones.
Entre los activistas que fueron sentenciados a la pena capital y ejecutados estaba el escritor y productor de televisión nigeriano Kenule "Ken" Beeson Saro-Wiwa (1941-1995).
Hace diez años, Shell pagó 15,5 millones de dólares a su familia, dejando claro al mismo tiempo que era un "gesto humanitario", no una indemnización porque hubiese hecho algo mal.
Un investigador del movimiento Amnistía Internacional, Mark Dummet, resaltó la importancia del proceso que empieza hoy en La Haya.
"Esta audiencia es importante no solo para las personas involucradas, sino también por el mensaje que envía a Shell y a otras corporaciones de todo el mundo: deben responder por su implicación en violaciones de los derechos humanos, independientemente de dónde y cuándo tuvieran lugar", apuntó Dummet en su cuenta de Twitter.