El último discurso del ministro conservador, en que anunció el disputado mar del Sur de China como primer destino operativo del portaaviones Reina Isabel (HMS Queen Elizabeth), ha provocado la cancelación de reuniones ministeriales entre ambos Gobiernos.
Londres intenta aún rescatar la agenda de este viaje comercial al tiempo que el "tono militarista" de Williamson respecto a China y Rusia abre más grietas en el Gabinete de Theresa May, según coinciden rotativos como el Financial Times y el digital I.
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George Osborne, anterior ministro del Tesoro e impulsor de la llamada "era dorada" entre Londres y Pekín, ha criticado la confusión e incertidumbre en la actual posición británica.
"El ministro de Defensa está envuelto en la diplomacia cañonera a la vieja usanza al tiempo que el titular del Tesoro y el canciller van por ahí diciendo que quieren una cercana asociación comercial con China", declaró a la BBC.
Williamson resaltó en su discurso que Reino Unido ha de estar preparado a intervenir militarmente contra países que burlan las leyes internacionales.
Su agresivo mensaje iba particularmente dirigido contra China y Rusia, según se interpretó a nivel doméstico e internacional.