Las caídas en el mercado de valores estadounidense se suceden con el ya habitual temor de los inversores, lo que arrastra consigo los mercados de terceros países. Junto a cada una de esas caídas las voces que abogan por reformar el sistema internacional de divisas y encontrar una alternativa para el dólar se alzan cada vez con más fuerza, publica Liberty Street Economics.
"El surgimiento de una alternativa al dólar plausible podría ser una señal de fuerza en otras economías y en otros sistemas financieros, lo cual es positivo", señala el blog de la Reserva Federal.
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Con la idea crear una nueva moneda internacional basándose en el DEG —creado inicialmente para reemplazar al oro en las transacciones internacionales— se alzó ya en 2009 China. Pero a partir del estallido de la crisis y la posterior recuperación económica esa idea perdió actualidad. Hasta la guerra comercial entre el gigante asiático y Estados Unidos, explica la columnista de la versión rusa de Sputnik Natalia Dembínskaya.
"El estatus actual del dólar como principal divisa de reserva permite aislar a la economía estadounidense de las turbulencias externas (…) Que pierda su papel de moneda dominante en el mercado internacional traerá consecuencias negativas, primero, al emisor, es decir, Estados Unidos", explicó la vicepresidenta de la Reserva Federal de Nueva York, Linda Goldberg, en 2011.
Además, como recordó a Bloomberg en octubre de 2018 Ulf Lindhal, director de A. G. Bisset Associates, para 2024 el valor del dólar caerá un 40% en relación con el euro. Los analistas del banco de inversión estadounidense JPMorgan Chase han calculado que esa caída comenzará a finales de 2019 y pronostican que la divisa no podrá romper esa tendencia.
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