"En la actualidad el control que idealmente debería basarse en principios universales, en los principios del derecho internacional, se sustituye por normas estrechas, generadas por un círculo estrecho [de intereses]", indicó el titular.
"Francia creó una ley que busca organizar a su antojo (…) el desorden que existe en el espacio mediático desde su punto de vista", indicó.
En ese sentido, RT y Sputnik siguen siendo medios no bienvenidos, "no les dejan acceder a ningún lado, ni al Palacio Elíseo, ni a ninguna actividad especial".
"Y cuando nos dirigimos a los franceses, nos dicen: todo está correcto, no son medios de prensa, son herramientas de propaganda", comentó.
El canciller ruso indicó que "cuando les pedimos atender a los documentos de la OSCE, aprobados universalmente y que postulan la inadmisibilidad de poner cualquier tipo de obstáculo al acceso a la información tanto a la población como a los periodistas, nos dicen: bueno, eso era en el año 1990, dejémoslo en el año 1990".
Varios países occidentales acusan a la cadena RT y a la agencia Sputnik de difundir contenido propagandístico del Gobierno ruso.
En Estados Unidos la cadena RT fue incluida en la lista de agentes extranjeros en 2017, tras lo cual el Congreso estadounidense retiró la acreditación a los periodistas de ese canal.
La medida obligó a la cadena a cesar sus transmisiones en Washington, y en septiembre y octubre pasados dos proveedores de televisión por cable —Spectrum y Comcast Chicago— rechazaron prolongar los contratos con RT.
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La directora del canal de televisión RT, Margarita Simonián, calificó de infundadas las acusaciones contra la cadena, al denunciar que el medio ruso sufre acoso en el extranjero por ofrecer una opinión alternativa.