Durante la noche del 27 de febrero, el río alcanzó su nivel máximo de los últimos 25 años. Las autoridades locales esperan que el agua regrese pronto a su cauce.
Además de los edificios residenciales, el cataclismo involucró a varios restaurantes y tiendas del mercado local al aire libre.
Los propietarios trataron de proteger sus establecimientos instalando barreras metálicas, pero en algunos casos los edificios ya estaban dañados, una vez el agua alcanzó la zona.
La inundación bloqueó dos carreteras cercanas, así que solo se puede acceder a los pueblos de Guerneville y Monte Río en barca. Los medios locales precisan que los flujos del agua provenían de la cuenca de Laguna de Santa Rosa.
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