Se trata de un experimento que va a lo profundo de la física cuántica para afirmar que todo es subjetivo. La peculiar esencia del universo cuántico —la base de todo lo que nos rodea— se rige por leyes muy diferentes a las que gobiernan en el mundo a escala macroscópica.
"El método científico se basa en hechos, establecidos mediante mediciones repetidas y acordados universalmente, independientemente de quién los haya observado. Pero en la mecánica cuántica, la objetividad de esas observaciones no resulta tan clara", indican los autores del artículo recientemente publicado.
El experimento estuvo a cargo de un grupo de científicos liderado por Alessandro Fedrizzi, de la universidad británica de Heriot-Watt, quien utilizó fotones para verificar su hipótesis.
Luego, esta fuente externa envía uno de los dos fotones entrelazados a Amy y el otro a Brian. A continuación, Amy crea en su laboratorio un segundo par de fotones entrelazados: uno de sistema y otro de prueba. Utiliza el de prueba para medir el estado del fotón que recibió del exterior e imprime el resultado en el fotón de sistema a través de entrelazamiento cuántico. El resultado es almacenado en el fotón de sistema.
Una vez que Amy ha llevado a cabo sus mediciones, envía tanto el fotón que recibió de afuera como el de sistema a su amiga Alice. En este punto, Alice puede medir por su cuenta el fotón externo que sería algo similar a preguntarle a Amy por sus resultados, o bien dejar que los dos fotones recibidos interfieran entre sí y hacer sus propias mediciones sin preguntar nada a Amy.
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Al mismo tiempo, Brian hace exactamente lo mismo con el otro fotón original, mientras que Bob, que está en su propio laboratorio, tiene las mismas opciones que Alice para conocer los resultados de Brian: o bien preguntarle, o bien medirlo por sí mismo.
"Los datos que se obtienen tras una medición concreta deberían ser objetivos, un hecho en el que todos los observadores deberían ponerse de acuerdo", presupone Fedrizzi, según publica ABC.
Si las tres suposiciones fueran correctas, el cálculo de probabilidades no debería ser superior a 2. Pero el experimento real arrojó un valor de 2,47. Lo cual implica que alguno de los supuestos anteriores es erróneo.
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Según los experimentos teóricos que se habían realizado antes de este experimento, incluso si asumimos como correctos los dos primeros supuestos, los resultados contradictorios pueden seguir produciéndose. Por eso, según Fedrizzi, "una forma natural de resolver la cuestión es considerar que no existen hechos objetivos". Es decir, reconocer que el tercer supuesto es falso.
Para ti, ¿existe una realidad objetiva?