"La violencia contra la comunidad LGBTI se ha intensificado en los últimos años (…) Esto ha ocurrido por el avance de los grupos religiosos y de los gobiernos conservadores", afirmó Paradiso Sottile, director de la Asociación Internacional de LGBTI para América Latina y el Caribe (Iglalac).
Un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló que entre 2013 y 2014 se cometieron 770 actos de violencia contra personas LGBTI, y que 594 fueron asesinadas.

Además, en 2017, 340 personas LGBTI fueron asesinadas en Brasil, 11 en El Salvador, siete en Honduras, dos en Chile, tres en Colombia y dos en Jamaica.
"Si miramos a la región como un todo, la violencia contra la población LGBT es un problema grave en América Latina. A pesar de que hay países que han tenido un avance gigantesco como Argentina o Uruguay, hay otros que han empeorado como Venezuela y Brasil", dijo por su parte a Sputnik el exdiputado brasileño por el Partido Socialismo y Libertad (izquierda) y líder LGBTI Jean Wyllys, quien huyó de su país por amenazas de muerte.
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Por su parte, Paradiso Sottile consideró que esta violencia es avalada por la acción u omisión de muchos estados de la región.
"Lo peligroso de esta situación es que no existen estadísticas oficiales, porque los estados no quieren visibilizar esta problemática", agregó.
La situación en Brasil
Wyllys señaló que en los últimos años en Brasil ha ocurrido un "cambio de rumbo muy peligroso", impulsado por el presidente Jair Bolsonaro y las iglesias evangélicas neopentecostales.
El exdiputado consideró que la sociedad brasileña ha "involucionado" y que los medios de comunicación "invisibilizan" la violencia que recibe la comunidad LGBTI.
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Con respecto a las razones de por qué dejó su cargo como diputado, sostuvo que las amenazas contra su persona aumentaron "demasiado" en los últimos años al punto tal que sintió que "peligraba" su vida.
El tenor de las amenazas crecía a medida que esa "campaña de desprestigio" se difundía, sostuvo Wyllys.
"Sentí que peligraba mi vida. Además, recibí informaciones del más alto nivel que me decían que podía sufrir un atentado. Me recomendaron que comenzara a viajar en auto blindado y con custodia armada. Durante meses, mi vida pasó a ser una especie de prisión domiciliaria, ya que no podía ir a ningún lado sin la custodia", agregó.
Sobre la posibilidad de regresar a Brasil, Wyllys aseveró que pretende volver, pero que en estos momentos es imposible.
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"No regresaré a Brasil mientras que esa mafia de fascistas y milicianos esté en el poder", sentenció.
Durante 2017, 445 personas LGBTI fueron asesinadas en Brasil, lo que significó un 30% más con respecto al 2016 y el mayor número de muertes registradas en los últimos 37 años, según la organización social Gay de Bahía.