Actualmente es común utilizar la expresión "viva la Pepa" para referirse a una situación o ambiente caracterizado por el desorden. Sin embargo, su origen no podría ser más contrario, ya que se atribuye la expresión a los integrantes de las Cortes Generales españolas que celebraban la firma de una constitución que buscaba limitar el poder absoluto de la figura del rey.
El avance de las fuerzas francesas hizo que las Cortes debieran reunirse en Cádiz, donde finalmente el 19 de marzo de 1812 aprobaron la Constitución Política de la Monarquía Española, con 382 artículos.
La nueva Constitución estuvo vigente solamente dos años y casi no se aplicó en la práctica. De todos modos, fue significativa por su inspiración liberal, ya que colocaba la soberanía en la Nación y no en el rey y establecía una monarquía constitucional con un parlamento integrado por representantes elegidos por sufragio masculino universal.
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El acto de promulgación de la Constitución, en Cádiz, fue finalmente el 19 de marzo de 1812, día que coincidía con la festividad católica de San José. Dado que a los hombres llamados José se los conoce popularmente con "Pepe", los integrantes de las Cortes de Cádiz encontraron rápidamente un nombre cariñoso para la Constitución recién nacida: "Pepa".
"¡Viva la Pepa!", fue entonces el grito que emanó de aquella instancia.
Su uso coloquial actual con un sentido de desorden o juerga surgió más tarde y a través de los ataques satíricos de los detractores de la Constitución y defensores del absolutismo español.