De esta manera el autor se refirió al testimonio que dio una mujer a la cadena CCTV, cuya deuda inicial de 7.000 yuanes se elevó a 500.000 yuanes (más de 74.000 dólares) en tan solo tres meses. Esta mujer es una de los muchos ciudadanos chinos que tomaron dinero prestado a través de los servicios financieros en línea.
Aunque el balance de préstamos entre particulares se redujo hasta los 751.000 millones de yuanes en febrero de los 1,3 billones de junio del 2018, muchos prestadores pasaron a la clandestinidad.
"Si eres un pequeño propietario de una tienda preferirías a acudir a los 'tiburones' de préstamos en línea que a los familiares y amigos. Tan solo invitar a los parientes a cenar para agradecerles su apoyo puede exceder el coste inicial, sin mencionar la pérdida de imagen", escribe el periodista.
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A pesar de todos los esfuerzos aplicados por Pekín para luchar contra el problema, los préstamos bancarios no crecen lo sufrientemente rápido para llenar el vacío dejado por los servicios financieros en la sombra. En condiciones de una ralentización económica los bancos no quieren prestar dinero a negocios privados, según el autor.
"La reciente estadística enseña que la mano dura aplicada respecto al sector bancario en la sombra puede funcionar. Sin embargo, en realidad un gran número de pequeños negocios y consumidores con ingresos inestables se ve obligado a acudir a los servicios financieros en línea clandestinos", concluyó.