Netanyahu, que partió para Estados Unidos con el fin de reunirse con el presidente Donald Trump e intervenir en la convención del lobby judío AIPAC, dejó detrás un país que se pregunta si los submarinos sugieren un nuevo escándalo de corrupción.
Según algunos analistas, la misma idea de que él telefoneara al Canal 12 revela que el primer ministro se encuentra en una situación complicada de cara a las elecciones del 9 de abril.
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En el plató, Netanyahu confirmó que autorizó la venta de submarinos alemanes "avanzados" a Egipto sin consultarlo con los responsables del Ministerio de Defensa.
"Las personas que debían saberlo, lo supieron", dijo a los dos periodistas que lo entrevistaron durante más de 30 minutos a una hora de máxima audiencia.
Añadió que no podía revelar por qué autorizó la venta puesto que se trata de un secreto de Estado.
"Mis motivos son solo motivos de seguridad. El Estado de Israel tiene secretos que solo conocen el primer ministro y un puñado de personas", dijo.
Netanyahu obtuvo unas millonarias ganancias con la compra y venta de sus acciones en SeaDrift Coke, pero insistió en que las ganancias se debieron a su olfato comercial y no a la adquisición de los submarinos alemanes por Egipto e Israel.
Durante los últimos días, el asunto de los submarinos ha ocupado el centro de la campaña electoral, y miembros de la oposición han acusado a Netanyahu de lucrarse con la venta de los submarinos.
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También se ha señalado que algunos miembros de su entorno más cercano, incluidos miembros de su familia, sí que se habrían lucrado con la adquisición de los submarinos.