Turquía aspira a usar para su defensa antiaérea tanto los sistemas rusos como los estadounidenses, lo que ha provocado un rechazo de Estados Unidos.
"Si EEUU no nos vende los Patriot, compraremos otro S-400", dijo el ministro turco en un discurso, transmitido por la cadena NTV.
Cavusoglu calificó de absurdas las declaraciones del vicepresidente de EEUU, Mike Pence, de que la compra por Turquía de los sistemas antiaéreos rusos S-400 representa una amenaza para la unidad de la OTAN y que Ankara debe elegir entre seguir siendo miembro de la Alianza Atlántica o comprar armas rusas.
Russia is ready to supply Turkey with an additional batch of S-400 instead of the US #Patriot anti-aircraft missile defense system. "Russia is open, has the appropriate capabilities, technological competencies," Kremlin Spokesman Dmitry Peskov said #S400 pic.twitter.com/0iCHL26U7y
— Sputnik Insight (@Sputnik_Insight) April 10, 2019
"Algunos países de la OTAN tienen [sistemas rusos] S-300, lo que no les impide ser miembros de la Alianza", indicó.
El portavoz del Kremlin subrayó que Moscú considera "muy importante" su cooperación en el ámbito técnico-militar con Ankara, al apuntar que muestra "un nivel especial del desarrollo de las relaciones bilaterales" entre Rusia y Turquía.
"Rusia está abierta y goza de capacidades correspondientes y funciones tecnológicas para ampliar esa cooperación técnico-militar, y además busca oportunidades para hacerlo", dijo Peskov.
Además: ¿Constituye una amenaza para la OTAN la compra de S-400 rusos por parte de Turquía?
A inicios de abril el Pentágono frenó la entrega de aviones de combate F-35 de quinta generación a Turquía debido a los planes del país euroasiático de comprar sistemas rusos antiaéreos S-400.
El 5 de abril el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró que la propuesta rusa para la compra de sus sistemas S-400 es más favorable para Turquía que la de EEUU de suministrar los Patriot.
En diciembre pasado el Departamento de Estado de EEUU aprobó la posible entrega a Turquía de sistemas Patriot por un monto de 3.500 millones de dólares, pero el Congreso sigue sin dar su visto bueno a ese trato.