"Cerca de 3.000 migrantes centroamericanos ingresaron desde la madrugada de este viernes y comenzaron un trayecto, desde el río Suchiate (límite natural de México y Guatemala) hacia Tapachula", unos 40 kilómetros de la frontera, dijo el fundador del refugio Hermanos en el Camino, en Oaxaca (sur).
En la carretera Panamericana que corre paralela a las costas de Chiapas sobre el Pacífico, "hay miles de centroamericanos, hay hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, y cubanos, algunos de ellos vienen con polleros (traficantes de migrantes)", dijo el religioso que colabora con la subsecretaría de Derechos Humanos de la cartera de Gobernación, encargada de la política federal interior.
"Me llamaron varios migrantes y organizaciones esta mañana, les dije que no hay que confundir a los 'polleros' con la gente que viene a México y sale para salvar su vida por la violencia, por eso no los deben deportar", dijo el activista, que ganó el Premio Nacional de Derechos Humanos en 2012 por su trabajo en su refugio para centroamericanos.
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"Algunas autoridades están actuando como en los viejos tiempos, ante el reto del tráfico de personas, están entre dos aguas, por un lado las presiones de Donald Trump (presidente de EEUU), y por otro los grupos como Pueblos Sin Frontera que están trayendo a la gente a como sea", expresó Solalinde.
Las autoridades enfrentan ese flujo que "a veces ingresa con la máscara y apariencia de crisis humanitaria que les da cobertura", sostuvo.
Desde octubre, miles de personas han partido en caravanas desde Centroamérica en busca de asilo en EEUU.
México en la encrucijada
El Gobierno de México está en "una encrucijada", explica el religioso: por un lado las presione de EEUU para que controle las oleadas de migrantes, y por otro el compromiso de respetar los derechos humanos.
"Es posible que los migrantes que comenzaron a llegar tengan que esperar un mes o hasta tres meses, hasta que se abran de nuevo esa estación migratoria", advirtió el sacerdote.
Las autoridades mexicanas están actuando sin el apoyo de la sociedad civil, lamentó, y agregó que el propio Instituto Nacional de Migración, "está infiltrado por el crimen organizado y por las acciones de corrupción de sus propios agentes de migración".
La nueva caravana marcha custodiada por agentes de protección civil, policías municipales, de Chiapas y federales.