Con esto no pretendo defenderlo, pero es claro que no se puede tener a un traidor o infiltrado dentro de las oficinas más importantes del gabinete federal.
La filtración de la carta al rey Felipe VI fue publicada en el periódico Reforma, lo cual ha generado especulaciones en saber quién pudo ser capaz de facilitar un borrador o carta que pretendía ser un escrito de muy bajo perfil para no caer en fuertes escándalos con la prensa mexicana. Algunos periodistas señalan que el 'filtrador' fue el canciller Marcelo Ebrard, otros defienden al mismo Marcelo y desmienten tal acusación, pero en definitiva el 'culpable' se encuentra dentro del Palacio Nacional.
En días recientes, Raymundo Riva Palacio dio a conocer que Marcelo es considerado dentro de la familia de López Obrador como un traidor y, en especial, tiene una enemistad con Beatriz Gutiérrez Muller, esposa del presidente.
Por otra parte, el periodista Fausto Pretelin aseguró en su columna para El Economista que Marcelo le presentó su renuncia al presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado 2 de abril. El joven vocero de dicho ente, Roberto Velasco Álvarez, tuvo que dar un comunicado en Twitter donde desmentía la nota de Pretelin y que se continuaba trabajando con entrega y compromiso.
La Secretaría de Relaciones Exteriores no es el único lugar donde pasan cosas extrañas y bochornosas, sino también en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), pues no es fácil entender quién dice la verdad en declaraciones importantes: Arturo Herrera, Carlos Úrzua o Andrés Manuel López Obrador.
Ya van dos veces que el presidente desmiente al subsecretario de SHCP, Arturo Herrera.
La primera fue cuando Arturo desestimó que se construiría la refinería de Dos Bocas y no habría una partida de 2.500 millones de dólares para dicho proyecto, sino el apoyo sería para incrementar la producción de Pemex. Al día siguiente, AMLO aseguró que sí se construiría la refinería y sería terminada en tres años, aparte, destacó que se invertirían entre 6.000 y 8.000 millones de dólares. ¿Qué habrá sentido Herrera al dar unas declaraciones en Londres y después enterarse que el mismo presidente lo desmintió todo?
La segunda fue cuando Herrera declaró que se estaba pensando en volver a cobrar las tenencias y el impuesto predial para 2020, los cuales dejarían ingresos adicionales entre 100.000 y 120.000 millones de pesos a los estados y municipios del país. Todo esto debido a la baja recaudación federal. Al día siguiente, el presidente Andrés Manuel desmintió una vez más a su subsecretario de Hacienda diciendo que no se impondrían nuevos impuestos en el sexenio y que la recaudación fiscal iba excelente.
¿Habrá una tercera ocasión? ¿Qué pasará en esa tercera? ¿Podría presentarle su renuncia Herrera a Úrzua?
Carlos Úrzua ha aprendido a no quedar en ridículo, pues manda primero a su subsecretario para que quede en vergüenza antes que él.
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Lo mismo pasó cuando Alfonso Romo, jefe de la Presidencia, declaró que había una posibilidad de recortar personal burocrático y aumentar los impuestos; Carlos desmintió tales cuestiones y comentó que existe una buena recaudación fiscal y no habría recortes masivos.
¿Qué pasará cuando Carlos se harte del presidente y de las constantes declaraciones regresivas? ¿Se irá de SHCP?
Veo un posible choque entre el secretario de Hacienda-presidente en el futuro, y considero que Andrés Manuel lo dejará ir para que él mismo pueda tomar el control total de Hacienda, tal y como lo hizo Luis Echeverría en mayo del 73 con Hugo B. Margáin (lo mandó a Londres como embajador de México en Reino Unido).
Existe una grave cohesión de comunicación dentro y fuera de Palacio Nacional, pues uno dice una cosa allá y otro dice una distinta acá. Un Gobierno no puede funcionar y tener confianza en sí mismo cuando se desmiente constantemente; el único culpable aquí es el mismo presidente.
La confianza se está perdiendo poco a poco dentro del círculo 'cercano' a AMLO, hay alguien que no está de acuerdo con el presidente y, por consecuencia, hace que haya filtraciones y dudas dentro de todo eso.
Algo pasa en Palacio Nacional y no es bueno para México y los funcionarios públicos.
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