"Ganar es gobernar", resumió el presidente del Gobierno y líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, que no se conforma con ser el favorito en las encuestas si eso no le permite formar gobierno porque, según alertó, los socialistas pueden ser primera fuerza y aun así "despertarse el lunes con un gobierno de la derecha y la ultraderecha.
El líder del conservador Partido Popular, Pablo Casado, cerró la campaña en Madrid, con un tono similar al de Sánchez, erigiéndose a sí mismo como el voto útil entre las opciones de derecha, algo que curiosamente hizo declarándose de "centro".
"Somos el centro ideológico y la columna vertebral de este país", dijo Casado, cuyo partido parte segundo en las encuestas, aunque a mucha distancia del PSOE.
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La batalla del PP en estas elecciones no es por ser la formación más votada, sino por encabezar un bloque derecha lo suficientemente fuerte como para sacar a Pedro Sánchez del Gobierno.
"Solo nosotros podemos encabezar esa ola de cambio, de regeneración y de ilusión", añadió el líder de los conservadores.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, llamó a los votantes a "darse el gustazo" de echar a Pedro Sánchez, al que volvió a afear su llegada a La Moncloa el pasado mes de junio gracias al apoyo del independentismo catalán.
Como es habitual, Rivera vertebró su discurso alertando sobre la "emergencia nacional" que supone el independentismo catalán y, pese a partir como tercero en las encuestas, afirmó que su campaña le deja un "olor a victoria".
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Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, cerró la campaña celebrando que el ascenso de la ultraderecha —aunque él huye de esa etiqueta— "despertó el alma dormida de España".
Precisamente con un discurso destinado a responder a los "patrioteros de charanga y pandereta" cerró la campaña electoral el líder de la coalición izquierdista Unidas Podemos, Pablo Iglesias, que eligió Madrid como escenario de su última función antes de la cita con las urnas.
"Ningún patriotero de charanga y pandereta con las ideas de Margaret Thatcher, perros de los ricos, nos va a dar lecciones a nosotros de lo que significa ser español", dijo Iglesias, en referencia al bloque de la derecha.
El líder de Unidas Podemos, al igual que todos los candidatos, intentó venderse como la verdadera opción de "voto útil" dentro de su espectro ideológico.
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En concreto, Iglesias afirmó un buen resultado de Unidos Podemos en estas elecciones "vale" doble porque sirve para "frenar a la derecha" pero también para forzar al Partido Socialista a buscar a sus socios de investidura en el espectro de la izquierda, conformando un bloque progresista que le aleje de la opción de un pacto con Ciudadanos, algo a lo que que Pedro Sánchez todavía no se ha negado de forma explícita.
Los principales líderes de las formaciones independentistas catalanas se encuentran en prisión preventiva en el marco de la causa donde se investiga la posible comisión de delitos en el referéndum unilateral de 2017, por lo que se dio la circunstancia excepcional de que los candidatos cerraron la campaña dirigiéndose a sus votantes por videoconferencia desde la cárcel.
El exvicepresidente catalán y líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, pronunció un discurso desde prisión en el que también se colocó a sí mismo la etiqueta de "voto útil" dentro de las posiciones independentistas.
"El voto independentista debe concentrarse en ERC, el único partido secesionista que puede ganar los comicios", afirmó, en detrimento de otros partidos como Junts per Catalunya, al que los sondeos le son menos favorables, y que también cerró la campaña con su principal candidato, Jordi Sànchez, ofreciendo un discurso desde prisión.
Tras los comicios el Rey de España, Felipe VI, designará un candidato a la investidura como presidente del Gobierno, un encargo que tradicionalmente recae sobre el líder del partido más votado, aunque ninguna ley obliga a que sea así.
Los continuos intentos de los candidatos de intentar presentarse como el "voto útil" responden a que los sondeos anticipan que, ante un panorama tan fragmentado, con tantos, partidos, más de un 20% de los votantes todavía no decidieron a quien votar.
En ese escenario los políticos de cada partido se disputan el voto de los indecisos con aquellas formaciones que les son cercanas ideológicamente, algo los candidatos intentaron hacer pero sin cruzar demasiado fuego amigo y sin dejar de centrar sus discursos en las críticas al bloque contrario.
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Estas elecciones coinciden, además, con los comicios autonómicos en la Comunidad Valenciana, lo que explica que varios partidos desplazaran hasta allí sus actos de cierre de campaña.