La aeronave tenía prevista la ruta de Moscú a la ciudad rusa de Múrmansk el 5 de mayo, pero regresó al aeropuerto de origen debido a fallas técnicas en el equipo electrónico, según versiones preliminares. No obstante, tampoco se excluyen la tormenta y la cualificación insuficiente de la tripulación como posibles causas del siniestro.
Debido a las adversas condiciones climáticas, el avión logró aterrizar solo al segundo intento. La brusquedad del impacto hizo que el tren de aterrizaje colapsara y los motores se incendiaran.
A bordo del avión iban 78 personas —73 pasajeros y cinco tripulantes—.