Los dos fueron liberados la mañana del 7 de mayo a través de una amnistía anunciada a mediados de abril en honor al Año Nuevo de Birmania, Thingyan.
Los dos periodistas fueron detenidos en Rangún a mediados de diciembre de 2017. Durante el arresto les incautaron dos informes militares y el mapa de un poblado de Rakáin, por lo que fueron acusados de posesión ilegal de secretos militares.
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En septiembre pasado fueron condenados a siete años y han pasado en prisión más de 500 días.
La Unión Europea aplaudió la decisión de las autoridades birmanas.
"La Unión Europea continuará defendiendo la libertad de los medios y el pluralismo como pilares esenciales de la democracia en el mundo entero, y continuará trabajando con las autoridades de Birmania para apoyar la democracia en el país", dijo la portavoz de la diplomacia europea, Maja Kocijancic.
El ministro de Exteriores británico, Jeremy Hunt, declaró a su vez que en septiembre había planteado el caso de los periodistas ante la consejera de Estado de Birmania, Aung San Suu Kyi, y dijo estar "extremadamente agradecido" de que le haya escuchado a él y a muchos otros y "haya reaccionado a un claro error judicial".